Para los guaraníes, el bosque (Kaa – en guaraní) tiene vida propia y compuesta de forma sistémica por todos sus elementos. Hay un sentido superior a cada una de sus partes, a través de los IYAS, que significa ·”dueños”. Cada IYA o dueño vela por el ecosistema, protegiendo a sus especies”
Su profundo conocimiento de los activos naturales de su geografía y la calidad excepcional del ecosistema natural permite que sea un ecosistema equilibrado donde las abejas habitan todavía en el interior de los arboles. En lengua guaraní no existe una palabra específica para la naturaleza, pues ese concepto entronca directamente con el global de su realidad. Para ellos “naturaleza” lo es todo, desde la espiritualidad hasta el sustento vital.” Para los guaraníes, todo lo que los occidentales denominamos alma esta en la naturaleza, lo más profundo del ser esta en conexión y en equilibro con ella y tiene las respuestas a toda la existencia. Cuando los conquistadores españoles entraron en contacto con los guaraníes, infirieron que esta cultura no era espiritual, pues no habían edificado templos ni iglesias. Sin embargo, los guaraníes siempre han tenido un profundo sentido trascendente. Su templo es la Naturaleza misma.
Es meternos en un laberinto en ocasiones tenebroso con un principio pero sin final es encontrar la calma, el sosiego y la paz en un profundo recorrido hacia el interior donde el artista lleno de preguntas quiere provocar al espectador y llevarle a situaciones y espacios imposibles que existen sin existir, el universo de Seall es una provocación a algo tan mundano como la naturaleza
Es un despertador, es algo sumamente subjetivo, te lleva a pensar sin ningún parámetro, aunque no entiendas que te provoca, si te conmovió, si te asusto, si te sorprendió, si te hizo feliz… Pero EXISTE.
I. Seall
La obra de Ingrid Seall no deja indiferente a nadie, supone para el espectador un viaje hacia el interior del artista que desnuda sus sentimientos y a sus figuras con la misma naturalidad, igualando lo físico a lo etéreo e intangible. Sus esculturas nos provocan y nos evocan un entorno natural salvaje sin artificios, con la armonía de una composición floral nos dan la bienvenida a un universo desgarrador que a su vez simboliza un grito sin consuelo que rompe el alma y la calma antes de volver al silencio.
La obra de Seall supone un viaje de reflexión que aunque recurrente por ser las las eternas preguntas clásicas de la humanidad, la artista reflexiona sobre al mundo actual que construimos, en el que seguimos sin darnos cuenta de lo obvio que más que de lo exterior debería ir de lo interior, que sin darnos cuenta el exterior refleja y proyecta, el estar y significado de una inmensidad interior donde el ser no es el parecer y aunque suponga un proceso desgarrador debe aflorar para dejarnos ser.
La obra de Seall es una mirada intima y personal sobre la figura humana representada por mujeres que nos trasladan a un universo enigmático, misterioso, calmo, salvaje y cruel lleno de oxímorones, analogías donde la naturaleza a su paso esta presente ya sea con la luz, elementos laberínticos de aspecto floral y salvaje, mezclándose en ocasiones con la nobleza de la madera con la presencia disimulada de insectos de naturaleza desgarradoramente cruel…
Como caída del cielo y nacida del árbol floreado es mi pelo, laberínticos mis pensamientos, salvaje mis sentimientos rugosos como mi corteza son raíz, soy grandeza, soy la madre naturaleza.
Soy del árbol, la arbolhada.
Juego de palabras mágico y enigmático para definir una obra que mezcla el frio metal con la calidez, honradez y nobleza de la madera.
Neologismo de nuestros tiempos.
Opia palabra inventada cuyo significado se refiere La extraña necesidad de mirar a alguien a los ojos, lo que puede dar al mismo tiempo una sensación invasiva y vulnerable. Etimología: Del griego opia, plural de "opio" + opia, "de los ojos".
En esta ocasión las figuras de curvas femeninas y cuerpos desnudos desaparecen dando paso a una desafiante figura de talla infantil que mantiene la mirada fija, hipnótica atrapando al espectador, que no puede dejar de mirarla, con una seguridad pasmosa ante la situación, mientras permanece orgullosa, con una postura relajada en una silla de una altura característica que no le permite tener los pies en el suelo y a pecho descubierto sin ataduras, sin intentar evitar lo inevitable, de frente ante un gran desafío, DESAFIA.
Entre los sentimientos y la razón.
Una de las partes mantiene erguido su orgullo, recto impasible, hierático mirando casi con desprecio inalterable a la parte que se desmorona y deja entrever la parte vulnerable del ser humano su interior.
Una alegoría entre el eterno debate de la razón y los sentimientos, entre la impulsividad y la meditación que nos invita a la reflexión, como antónimos, que se cruzan para caminar juntos por un laberinto con principio y sin final, pues hoy sigue vivo y actual el eterno debate de la humanidad. La razón o el corazón.
Mi otro yo - Ego alter ego
Alegoría… de la búsqueda del ser humano en su eterno debate interior.
"La Tierra es nuestra Madre, nuestra Vida y nuestra. Libertad" Dicho Guaraní.
En la lengua guaraní no existe una palabra específica para la naturaleza, pues ese concepto entronca directamente con el global de su realidad. Para ellos “naturaleza” lo es todo, desde la espiritualidad hasta el sustento vital.”
Mujer sentada en pose de meditación calma, en paz atravesada por la naturaleza majestuosa permaence en trance como inerte sensación cuyo único movimiento esta representado por el de su cabeza como si pudiera elevarse.
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